Carnaval
El Carnaval es una celebración pública que tiene lugar tres días antes de la cuaresma cristiana, por lo que su fecha es variable. Su origen se remonta a las fiestas paganas del antiguo Egipto. Este evento es una de las fiestas más populares que se celebra.
El Carnaval cristiano se refería a la prohibición religiosa del consumo de carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma. En la actualidad pocas veces celebramos el Carnaval con este motivo, simplemente por tradición y costumbre, llegando a ser un evento social donde se combinan disfraces, desfiles, fiestas, bailes, máscaras, diversión y reunión social.
En definitiva que el Carnaval es una fecha que permite ese tipo de comportamientos desinhibidos, con impulsos y emociones que muchas veces tenemos reprimidas. El Carnaval también suele asociarse a una fantasía socialmente aceptada, que posibilita una experiencia de libertad hacia las normas sociales y religiosas.
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El Carnaval es para todos (niños y adultos), donde el colorido, la alegría y cordialidad son elementos importantes para disfrutar de estos días, donde el principal elemento a destacar son los disfraces o carrozas.
El disfraz tiene su origen en la mitología grecorromana donde antiguamente se utilizaban unas máscaras de sátiro para que las ninfas accedieran a mantener relaciones sexuales, tapando su verdadera identidad, siendo entonces una fiesta hacia la fecundación, pasando a unirse en tradición pagana y religiosa llegando a nuestros días como una celebración para salir de nuestra rutina y control.
¿Sabias Que?
El Carnaval es la fiesta de cuatro continentes, pues Asia es la excepción.
Una de las más interesantes artesanías, es la que se ocupa de la realización de máscaras para cada Carnaval.
El Carnaval llegó rápidamente a las tierras americanas unido a la religión católica. Hernán Cortés tomó recaudos para su celebración en México.
En Bohemia (parte de la República Checa), siglos atrás, para el Carnaval, el rey se presentaba vestido de hierbas y flores, y tras el proceso podía huir a caballo, si no era agarrado podía seguir siendo rey un año más, de lo contrario se le cortaba la cabeza.