La Felicidad

¿Que es la Felicidad?

Cuando era pequeña me encantaba leer cuentos de príncipes por que después de mil problemas en el transcurso de la historia siempre acaba igual:

“ Fueron felices y comieron perdices.”

¿Cuántas veces no has encontrado a tu príncipe azul o tú a tu adorable princesa?
Pero claro, tenemos un problema: la vida sigue. No es como en los cuentos, donde el final perpetúa la felicidad de la historia. No tenemos la suerte de congelar ese momento mágico en el que nos sentimos rebosantes de felicidad.

Siempre pensamos que la felicidad nos llegará a través de algo externo (un amor, un hijo, un trabajo, un viaje, cuando cambie una mala situación, etc.).

Yo he aprendido que la felicidad que llega desde fuera es efímera y, sobre todo, depende de otras personas o circunstancias para mantenerse. Ahora sé que, cuando un elemento de mi vida no me hacía feliz, eso me arrastraba a ser infeliz en todo.

Un día decidí cambiar; me propuse encontrar el lugar donde se escondía la felicidad. Como siempre la sentía en mi interior, viajé hacia mí misma, y en ese camino aprendí, o sigo aprendiendo, varias cosas que quiero compartir contigo:

- La felicidad es sentirse a gusto con uno mismo, con lo que somos y con lo que no somos.

- Aprende a ser tú mismo/a. Cada uno debe hacer lo que siente. Nadie puede enseñarte cómo eres.

- Las circunstancias externas no pueden crear la felicidad; esta depende de cómo percibas esas circunstancias.

- La felicidad es un estado interior; ningún hecho o persona puede impedirte experimentarla o sentirla.

- Aprende a centrar tu mente en los aspectos positivos y bellos de tu vida.

- Debes aprender que es más sencillo y confortable ser feliz con lo que tienes, que sufrir por lo que te falta.

- Al hablar y actuar con un pensamiento puro, engrandeces tu felicidad.

Por último, pregúntate:

¿Hago felices a las personas que quiero con el carácter que tengo?

¿Mi forma de ver el mundo y de comportarme en él crea paz en el entorno de mis seres queridos?

Si las respuestas son negativas, sé valiente. No tienes tiempo que perder; deja de lamentarte y preocuparte. Es hora de ocuparse: ocúpate de cambiar.

Rafaela Vilchez