Ángeles y Árcangeles
¿Existen los Ángeles? ¿Quieres conocer a tu Ángel?
Cuando descubres a tu ángel, sientes que te haces el mejor regalo de tu vida, y te sorprende descubrir que siempre había estado ahí. A partir de ese momento, cuentas con él para todo. Cuando somos pequeños, ya empezamos a recibir información sobre los ángeles; en nuestra cultura es algo cotidiano. Sin embargo, al crecer, esa información queda en nuestro subconsciente.
¿Nunca te has preguntado por qué, al pensar en ángeles, se despierta un sentimiento de ternura en tu interior?
Haz la prueba. Cierra los ojos y piensa en aquel ángel que conocías o sentías antes de hacerte mayor. ¿Ves? No se ha ido.
Tu ángel todavía está en ti.
De este ángel te quiero hablar, de nuestro ángel.
Estoy segura de que conoces los nombres de las jerarquías celestiales y de los principales arcángeles. Si alguna vez te interesa profundizar en el mundo de los ángeles, existen multitudes de buenos y profundos libros, así como centros donde enseñan angelología.
Pero ahora fíjate: las sensaciones son más frías y distantes. Conforme crecimos, nos olvidamos de nuestro ángel, y fuimos recopilando información exterior de una manera más impersonal, cerrando aquel contacto directo que teníamos con él.
Podemos intuir, incluso acariciar emocionalmente nuestra alma; ella es la que nos hace reír, llorar… en definitiva, ella es la que mueve nuestras emociones.
Pero a nuestro espíritu no lo podemos sentir, ni ver, ni acariciar, ni siquiera intuir, porque, aunque está presente en cada átomo, en cada respiración, aún no podemos llegar a conectar con esa parte superior e inmortal.
El ángel del que te hablo en esta página es el puente entre nosotros y nuestro espíritu.

Conociendo a mi Ángel
¿De qué manera nos conocemos a nosotros mismos?
A través de una conversación constante que mantenemos; en todo momento nos hablamos, es constante el diálogo interno que tenemos.
Cambia la dirección de tu diálogo, no lo dirijas hacia ti. Enfoca tus pensamientos, dudas, alegrías o miedos hacia tu ángel.
Verás cómo, poco a poco y de manera natural, volverás a abrir aquel antiguo vínculo que mantenías con él. Te volverás a sentir acompañada, notarás que tu interior todavía está lleno de vida. Cuando tengas un problema o una duda, enfócala hacia él de una manera natural. Piensa que él es quien mejor te conoce.
Pregúntale, luego intenta hacer callar tu pensamiento. "Eso es, no pienses en nada", y escucha.
Verás cómo la respuesta te llega sola, y sabrás que no es tuya porque probablemente nunca habías pensado ni imaginado que ese podría ser el problema.
Pídele a tu ángel claridad de mente para saber cómo actuar, sabiduría para anticipar las cosas que te puedan venir. Pídele también que te ayude a limpiar tu corazón de los sentimientos que te hacen daño, que elimine los malos pensamientos que ensucian tu forma de actuar. Acuérdate de compartir con él tus alegrías y los logros que poco a poco vas consiguiendo en tu vida.
Al principio tal vez te cueste conectar y dudes si esto es real o una tontería.
Pero, a medida que vayas adquiriendo el hábito de hablar con él y compartir tus cosas, te irás abriendo a esta forma de pensamiento y guía en tu vida.
En cualquier momento y lugar puedes conectar con él, tan solo se requiere un pequeño esfuerzo de concentración y gratitud. Aparta tus pensamientos y deja que sea él quien hable.
Te sorprenderá la rapidez de conexión.
Su trabajo es ayudarte. La misión que le ha sido encomendada es guiarte, y está muy satisfecho de poder estar contigo.
Tu ángel jamás te pedirá nada a cambio: ni rezos, ni rituales, ni tampoco velas. Tan solo te pide que le tengas el mismo respeto que él siente por ti.
Encuentro con mi ángel
Por fin te convences de que hay algo de verdad en todo esto.
Ya confías en tu ángel, pero nunca lo has visto; no sabes cómo es.
¿Tienes esta duda? Pídele que se muestre ante ti.
Para hacer este descubrimiento tienes que estar muy relajada y con la mente abierta. Probablemente tendrás un sueño diferente o una imagen que no te esperabas.
Todos pensamos en ángeles con alas y bonitas túnicas.
Pero tal vez lo que verás será un color dentro de ti, algo que jamás habías visto, una emoción tan bella que sabrás sin duda que es un regalo; una visión de algo brillante y mágico; o quizás sientas una suave brisa perfumada.
Cuando te reencuentres con tu ángel, tu vida ya habrá cambiado. Habrás aprendido muchas cosas de ti, habrás despertado habilidades que tenías dormidas, tu parte creativa formará parte de tu vida, sabrás en todo momento lo que de verdad quieres.
Aprenderás a recibir con gratitud y a rechazar aquello que te hace daño. Sabrás decir "sí" cuando sea "sí", y "no" cuando sea "no".
Y acuérdate, no tengas miedo; tu ángel te guiará en este cambio.
Rafaela Vilchez