Historia Horóscopo Celta
Los celtas basaban sus creencias espirituales y religiosas en la naturaleza. Por ello, sus ideas sobre la metafísica y la predestinación estaban relacionadas con los árboles y con el tiempo en función de las fases lunares. Para los celtas, el árbol era sinónimo de conocimiento, fuerza y vida. Los árboles y los bosques simbolizaban vida y protección en su astrología, y alrededor de ellos desarrollaron su cultura. Su mitología describía al árbol como la figura que sostenía el firmamento con sus ramas mientras sus raíces se anclaban en la tierra. La vida de los hombres estaba íntimamente ligada a los bosques, pues les proporcionaban protección, refugio, leña y frutos esenciales para su alimentación. Además, en los bosques los celtas llevaban a cabo sus rituales y ceremonias para conectarse con el poder de los dioses, y cada árbol estaba consagrado a una deidad o simbolizaba una virtud específica.
Al nacer un niño, era costumbre plantar un árbol que se convertiría en su protector y consejero de por vida. Así, cuidar de ese árbol protector era una práctica común, y si el árbol sufría daños a causa de fenómenos naturales, como un rayo, se consideraba un mal augurio. En la edad adulta, el interior del tronco podía ser habilitado para enterrar los restos de la persona en su interior.
Los Árboles en el Mundo Celta
La cultura celta otorgaba a los árboles una representación de la virtud divina. Debido a su gran importancia, los celtas crearon su propio horóscopo en torno a los árboles de su entorno, donde la luna era el elemento principal que guiaba cada uno de los horóscopos protectores asociados a la naturaleza de los árboles. A cada fase lunar se le asignaba un nombre y una propiedad especial, y en relación con esta, se vinculaba un árbol según sus propiedades mágicas. Cada mes lunar estaba asociado con un tipo específico de árbol y, por ende, con distintos tipos de personalidad. De esta manera, se creó un horóscopo representado por 21 árboles diferentes, y las personas nacidas bajo el reinado de un árbol particular recibían las cualidades y la protección divina de dicho árbol para toda la vida.
Correlación Celta: Árboles y Nacimiento
Al asociar cada árbol con una época del año, los celtas desarrollaron un horóscopo compuesto por 21 árboles: dos árboles para los equinoccios (el Olivo y el Roble), dos árboles para los solsticios (el Abedul y el Haya), y el resto distribuidos en periodos equidistantes y opuestos. Estos árboles son el Abeto, el Álamo, el Arce, el Avellano, el Carpe, el Castaño, el Cedro, el Ciprés, el Fresno, la Higuera, el Manzano, el Nogal, el Olmo, el Pino, el Sauce llorón, el Serbal y el Tilo.
Los árboles se dividen en tres grupos según las características personales que representan:
Grupo 1: Representa a personas conservadoras y con talento organizativo, asociado a los árboles Roble, Haya, Olmo, Tilo, Nogal, Castaño e Higuera.
Grupo 2: Representa a personas con una gran capacidad intelectual, vinculado a los árboles Olivo, Manzano, Abeto, Ciprés, Cedro, Pino y Arce.
Grupo 3: Representa a personas de gran imaginación y alta capacidad de síntesis, asociado a los árboles Abedul, Álamo, Sauce, Avellano, Serbal, Fresno y Carpe.
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