Poesías de Amor
Cristina Sanchez
Cristina Sánchez es una profesora de español en la Universidad del norte de Texas.
Sus campos principales de investigación son la novela española del siglo XX-XXI, el cine y la cultura.
Ha destacado por sus dotes poéticas.
Poetisa Cristina Sanchez
En los portales de tu Sombra
El aire, en su embarazo prematuro,
desconoce los emblemas del destino escogido.
En medio de un flirteo de estandartes, banderas
e insignias por el estilo, palpita la conciencia
del ignorante, que no habla, que no nace,
parafernalia carmesí, cavernas platónicas,
debuts por doquier, numeritos ambulantes.
Es la falacia del no arañar el algodón querubín.
Son los contornos de una sombra chinesca
al columpiarse entre las manos artistas,
porque crea, porque ciega contra el panel se debate,
porque arriesga los despojos de sus desnudos afilados de arista.
Formas cuadradas amenazadas por cubos de molde,
líquidos en su anatomía fugaz, etéreos en su vuelo
de globo fugitivo.
Lenguas multicolores, himnos de discursos repulidos.
Vierte el agua fronteriza en premisas de sequía.
Tráeme la diversidad en un bote cerrado y te lo digo.
Risotada de antifaz cabalgatero:
carnaval de musas, sombras de miedo.
En los Confines de los Mapas Amorfos
Si sabes cuál es la fuerza canija del sol en un día de lluvia pulcro de banderas e himnos, pulcro de religiones e inclinaciones de cama y de púlpito, por bailar con dicotomías equivalentes, por sacudir prejuicios preciados, patrones de antaño presentes, conoces el lenguaje de la música que invade los contornos de Oriente y que arrasando penetra bárbaro en las fronteras más nacionalistas de Occidente.
Big bangs actuales, cacao de paradigmas terrenales si en un avión de distancias crueles el mundo esmorece tragedias mientras sigue marcando fronteras porque "la vida sigue".
Dialéctica matemática de la inexactitud: 2+2=3.
Amanecer
Un rico comienza su sesión de órdenes en la cama. Antonio Pérez se va al trabajo con apenas un donut en la mano.
Una chica llamada Tiffany desayuna diamantes. Rosita González se toma su café sin azúcar antes de ir a limpiar suelos.
Un príncipe recibe galas a son de trompeta. Manolo Jiménez tiene suerte si encuentra un bizcocho para acompañar su leche.
Una niña pija abre los ojos y lo ve todo color de rosa.
Carmen López bebe agua de la fuente y quizá se encuentre un pedazo de pan. Un conde recibe junto con el periódico la inscripción de su octava casa.
Tú y yo seguimos comiendo lo que tenemos. El sol amanece para todos en una mañana cualquiera del siglo XXI.
Veneno
Todo lo que separe la humanidad,
digo raza, lengua, religión, …
es veneno para el corazón.
Veneno para la vida es
porque contamina
las entrañas más profundas
de las aguas más recónditas.
Veneno para la vida es
porque atenta contra
los bostezos del madrugador
en la mañana.
Y mata las intenciones más benignas
del inhumano más malvado.
Las mata.
Préstame una Sonrisa
Es un préstamo de evasión el que arrodillada te pido. Es un pacto de cristal el que a ciegas firmo. Dámelo.
Te compro un enigma de lluvia si son cúpulas dimensionales las que amoldan los contornos tímidos de tu boca.
Te doy un suspiro en un subtono soplado por el hielo de mis venas.
Te doy el anti deseo enfrascado en una botella anti petróleo.
Te doy un reloj sin agujas perteneciente a la edad de traducciones latinas.
Te regalo un deseo camuflado
en la anagnórisis de un hombre
afrontando sus propias limitaciones…
(hay que tener agallas…).
Toma lo que prefieras si el miedo árabe es sólo una leyenda de Alhambra y si operas, si operas la mente humana con bisturí pacífico, porque te doy mis letras fugitivas si te pregunto qué es todo esto y son mariposas blancas las respuestas
Resbaladas de tu boca evasiva.
Como Juan Ramón, igual.
Tintas Corruptas
Poesía, tus crímenes de pasión provocan las playas recónditas de mi boca.
Poesía, tu temblor por la mañana me despierta cual el rubor camaleónico al sentir los latidos crueles de mi humana derrota.
Descarada, en los fuegos pétreos tu quemar culpable diseca los sudores de mis pestañas tristes.
Abortas los ritos de mi careta cuando el polen de la injusticia soplas.